Durante el rodaje de Spider-Man 2, Rosemary Harris (La tía May) pidió que la dejaran hacer todas sus escenas de riesgo, ya que ella quería experimentar cómo se sentía.
Cuando grabaron la escena de la caída no hubo ningún inconveniente y salió bastante bien.
Al final, a ella le gustó tanto que quiso grabar la escena de nuevo solo por diversión.